ANGELA LOIJ
AMANECE
Sobre la tierra que no conocemos,
humedecida aun,
brillan sus llantos de rocío
que tampoco conocemos.
Ellos se refriegan los ojos
con sus toscos brazos,
y pronuncian lo que pueden.
Se asombran si hay mas de dos,
y entre sonido y sonido,
salen buscando esa luz.
Caminan donde pueden.
Van a juntar frutos…
Tal vez otro animal
diferente se les cruce,
y habrá comida para rato.
La naturaleza les dio,
sabia medida de compartir el fruto
y lo que dueño no tiene.
Entonces a veces
repartieron lo justo,
para comer cada uno lo suyo.
Anduvieron recorriendo
en busca de algo por el día,
pero todavía faltaba la huella
que tal vez abrieran juntos.
Y por la tarde, en el ángeluz,
que aun no nombraban,
buscaron refugio,
contra el frío, la lluvia
y la noche,
desde la que mil ojos desconocidos
los asechaban.
Se volvieron a alguna cueva
y durmieron todos juntos,
o algunos.
Descansaron sin sueños,
y la claridad de otro día,
que no sabían nombrar,
los encontró repitiendo
los mismos ademanes de la otra vez.
Amanece,
la naturaleza sabe que
es mas de una vez que amanece,
ellos se frotan los ojos asombrados,
y preanuncian lo que vendrá.
Y amanece, que no es poco.
1
Un día la vio por alli,
y la siguió,
la miro de frente,
con algo nuevo en sus ojos.
Ella le sostuvo la mirada,
y el quizá avergonzado
tuvo el primer sueño, y sintió algo.
Algo diferente, distinto.
Se acercaron,
en casi una danza, primitiva,
no sabían, era nuevo.
Las caricias no eran conocidas.
Se dejaron llevar por esas cosas,
el la beso, ella huidiza lo empujaba.
Fue tierno, un romance primero.
Hicieron el amor,
que fue distinto.
La tribu, dicen,
no conocía esta manera.
Esto de a dos,
de hablar y convencerse.
Durmieron juntos,
apretados y molestos en la noche.
Por la mañana,
cuando se sintieron tan cerca,
tuvieron ese rechazo,
y ese miedo de estar juntos…
La claridad los sorprendió
haciendo los mismos ademanes
de la otra vez, pero juntos.
Refregándose los ojos,
con un nuevo cansancio
y una nueva pregunta
si es que asi era.
Salieron a la luz,
este si era un nuevo día.
¿Como nombrarlo?
Se encontraron con los otros,
pero esta vez iban juntos,
de la mano.
La naturaleza sabia que
era mas de la segunda vez
que amanecía.
Amanece.
Ahora si amanece,
y esto, empieza a no ser poco.
2
Después vinieron los sueños,
aquello que vendrá o que ya fuimos;
se juntaron, quizá para siempre,
y tuvieron necesidad de cuidar lo que venia.
Arreglaron la cueva,
pusieron techo,
juntaron frutos,
los repartieron por igual.
Marcaron la senda,
buscaron agua,
jugaron los niños,
descansaron los viejos,
se pintaron, se arreglaron,
pintaron la cueva,
araron la tierra,
sembraron semillas,
cuidaron rebaños, se hicieron pastores.
Formaron un pueblo.
se organizaron,
hablaron un poco.
Hablaron.
Y alguna vez quizá,
empezaron a entenderse.
Amanece,
ahora saben que amanece.
Ellos le han puesto el nombre.
Y asi lo han llamado.
31 de Octubre de 1997-
empezado 16,30 Hs