Ya no escucho mi nombre
En un abrir y cerrar de ojos lejos escucho tu voz. la caricia instintiva de tu mano, la mirada
En un abrir y cerrar de ojos lejos escucho tu voz. la caricia instintiva de tu mano, la mirada
I “qué epocas divinas -dice sebastián- de tedio y hambre pasamos”. ¿eso pasó antes?, digo. es que si hay hambre