Me encuentro abstraído contemplando el paisaje a través de la ventanilla del colectivo. En algún punto de la ruta por la que atravesamos la provincia de La Pampa decidí tomar una breve grabación, quizás como evidencia de aquello que se me presentaba o simplemente como un recuerdo. Si bien la provincia me era ajena, algunas figuras se me hacían familiares; algarrobos, caldenes, molles, y tantas otras especies que no alcanzaba a distinguir por completo.
En un momento uno de los pasajeros logra interpelarme y dice «¿Hay algo de interesante acá? ¡Puros arbustos achaparrados, es un embole!«. No puedo culparlo, no hubo un día en que la guía turística en nuestro paso por Mendoza no mencionara la palabra ‘semidesierto‘ para hacer referencia al paisaje del lugar. ¿Semidesierto? ¡Pero si yo veía una diversidad enorme de plantas! ¿O estará acaso haciendo referencia a las escasas precipitaciones que se registran en la región?
«Esto, originalmente, era un semidesierto, no había nada» – afirmaba. ¿Nada? Eso mismo dijo uno de nuestros próceres al regresar de Europa, maravillado con sus paisajes. La idea de «desierto» que Sarmiento buscó instalar para negar y eliminar a los pueblos originarios la aplicó también sobre nuestros ecosistemas; «La pampa, como la República Argentina, es tierra rasa: hay que escribir sobre ella árboles» – afirmaba, «el eucalipto será el marido de la pampa«.
Y así fue, en 1858 trajo de Australia las primeras semillas de eucalipto (Eucalyptus globulus). ¿Su intención? Traer «civilización» a este paisaje «bárbaro». Sarmiento encontró en nuestra pampa prácticamente carente de árboles ese vacío que debía ser llenado con la modernidad civilizatoria de Europa y EE.UU. Hoy sabemos que el eucalipto es una especie exótica invasora con un gran potencial para modificar ecosistemas y desplazar a la flora local.
Pero entonces, si no había «nada» ahí afuera, ¿qué es lo que me tenía fascinado? Quizás, y sólo quizás, yo era consciente de algo que aquella persona ignoraba. Quizás, y sólo quizás, no estábamos viendo a través de la misma ventanilla.