Palabras sueltas,
teñidas de tristeza.
Te ibas por un instante,
fue para siempre.
Nunca te lo dije
pero ya lo sabes.
Mi ejemplo,
fiel a tus convicciones,
la ética de la responsabilidad
y la pasión por lo justo.
Hoy solo quedan recuerdos,
fotos, risas y lágrimas.
Fue demasiado rápido,
no pude decirte adiós.
Todo lo que no dijiste,
lo que guardaste
esas lágrima de orgullo
que supe después.
Te quiero,
te extraño
y Cordobés… ¡Feliz cumpleaños!