Delicada
flor que se deshoja
entre tus brazos,
me quita la congoja
la osadía de tus manos
suaves
me deshojan lentamente
desvaneciendo mis penas,
tacto ardiente
deshaciendo mis prendas
quemando cada pétalo,
temes mi cuerpo herir
y alivias el ardor
regando con tu suave reír
las marcas de amor
violáceo pintando mi piel.
Tómame con libertad
como a una flor en un jardín
no tengas piedad
ámame sin fin,
pero no hablemos de eternidad.