Fui a dar el taller de los sábados, que pronto se termina y que se convirtió en un refugio amoroso. Al regreso, leí que hablaban de guerra mundial. Hace rato que me siento extranjera de este tiempo. Fue la primera de varias noches de sábado sin planes. Bordé muchas horas. Nunca antes en la vida me habia costado tanto conciliar el sueño.