La tarde que se apaga

La tarde se apaga

ya se deja vislumbrar la sombría luna en el horizonte,

los últimos colores del verano se escurren 

ante el ojo absorto del frío polizonte.

El cielo roba sus colores a los jardines 

de la tarde florida y rojiza,

no debe de ser casual para quien divisa 

sentir lo que sienta al mirar esos confines

del día que se va y es memoria,

que se va y sólo resguarda 

el blanco olor de los jazmines.

No hay en estos versos vanidad propia

la arcilla que me hace es la misma 

que habrá forjado a cualquier hombre 

en cualquier rincón, en cualquier tiempo

en todos los posibles lugares de la historia.

Febrero del 2022.

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