Qué murmullo que entra por tu ventana
No te deja dormir ni salir de tu cáscara,
Son los personajes que caminan por la calle,
cada uno con su capa y su máscara.
Recemos juntos entonces, que se haga silencio, o que del ruido haya remedio.
Recemos entonces por violencia sedada,
Cuando el ambiente se quede quieto,
Y las palabras queden pausadas,
Como un enfermo eternizado en una casa.
Ya por los licores baratos e insidiosos,
Tus prendas están manchadas de rojo,
¿No sabré yo de tu forma y tu nombre?
¿No sabré acaso de mis propias razones?
Déjenos ir entonces, la pared ya está escrita, hagámosle una visita.
Ya que somos jóvenes, brindemos
Por nuestra ambigüedad penetrante,
Por la ansiedad de un futuro incierto,
Festejemos, el futuro mundo estresante
Ya escucha mi voz de fumador empedernido,
Dándole vueltas a lugares que no he ido,
Si es de noche no me avises, no me interesa,
Busquemos paz en algún mar enloquecido,
Escuchemos entonces, la armonía de un hombre tibio, escuchemos y sintamos alivio.
Ya por nuestros cuerpos tan incompletos,
Por el mensaje que llevamos puerta a puerta,
Por nuestras intenciones inciertas,
Estoy vivo, aunque no te des cuenta.