Carta a la palabra

AYER FUE EL DIA DE LA PALABRA …Les comparte mi apreciación sobre ella del libro CARTAS editado en 2017

Carta a la Palabra

Suenan vocablos con luz o sombra, despedís desde el interior de tu
mente o corazón, un sonido que invita a comprender, agasajar, mentir,
enseñar, corregir, alentar, acompañar, sorprender, incitar, estimular,
motivar, herir, crear la guerra o facilitar la paz.

Palabras escondidas en el silencio que revolotean hasta hallar el momento oportuno de expresar lo guardado. Emiten como un volcán
aquella desilusión, desgarro o impotencia que marcan las injusticias vividas; esperan como un rio manso, desencadenar las olas de su naturaleza viajera, sin distancia ni tiempos pues los libros bañan con sus hojas,
lo atemporal de su existencia que serena resuena en las orillas de nuestra
conciencia y sabiduría.

Una suerte de poder la bautizó con autoridad y la palabra se soltó al
viento para expresar su razón dejando desvalido el corazón que en su
gesto sublime, intentó con una caricia, competir con tu dominio.

Fuente de la razón. Invade el aire o el papel, se resuelve con infinitos binomios, posibilidades incalculables que dan cuenta de su esencia
creativa. Palabras, barajadas al azar o ejecutadas con prudencia. Miles
de frases se crean a partir de sus significados. Advertencia: así como
penetra, tiende a separar las aguas de los hombres que se ciegan ante el
poder y el egoísmo, ante la superación y la idoneidad, ante la superioridad y la soberbia.

Recuperada y asociada a la sabiduría del alma y los sentimientos,
puede verter en las páginas de la vida, las semillas que ayudan a querer
compartir la soledad, el crecimiento, la amistad, el emprendimiento, la
solidaridad y a comprender lo que nos hace únicos e irreemplazables.

Palabra: circulá por la vida del hombre,
recuperá el poder del sonido que nace del amor
y así verás

más unión que desarraigo,

más apertura que encierros,
más logros que sedimento,

más sueños que sitios de amargura o desazón.
Florecé desde el lugar que cree en algo mejor: el corazón.

(escrita en Diciembre 2005)

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