Hoy me chupan un huevo
todos esos poemas
que hablan de la noche
y de su estela negra.
Hoy poco me importa
si la noche sufre
si la noche sabe
o si la noche termina.
Hoy es de día
y la noche no me importa
porque el que sufre soy yo
y para eso pareciera
que no la necesito.
No todo dolor
es la noche presente
ni toda ausencia
está en escala de grises.
Basta
basta del imperio
de la noche, basta
de sufrir buceando en las tinieblas.
Cualquiera sufre de noche
cualquiera la busca
de vez en cuando
porque quiere respirar
bocanadas de aire fresco.
Pero ¿quién sufre de día?
¿quién busca sufrir de día
sabiendo que después
lo que queda es la noche
y no hay soluciones mágicas
ni ciclos naturales
que lo saquen de la angustia?
Cobardes
cobarde la noche
y los poetas nocturnos;
cobarde el día
esa noche dispersa
noche tímida y macabra
que se esconde entre las luces.
El día termina
y empieza la noche:
se encienden veladores,
se derraman lágrimas
y se escriben poemas;
el día termina
y el Sol ya no estorba
a quienes quieren hundirse;
el día termina
la mayoría de las veces
pero a veces no hace más
que continuarse en la noche.
conjunto de incertidumbres
Porque la noche está sobrevalorada.