I
Dudá de tu nombre y dudarás de tu deseo. ¿Sabés acaso tu verdadero nombre? En la sombra se ocultan los artífices de tu voluntad, que mueven los hilos de manera silenciosa; así, tu deseo muta y se escapa de las manos. ¿De quién son ahora las manos?
II
no existo yo
en la quimera ajena;
existe una imagen
un camino con flores
y un deseo rotundo.
no existo yo
en la quimera ajena
sino una exigencia
mandato irrenunciable
renunciado por mí.
no existo yo
en la quimera ajena
pero existo detrás
ahí donde persigo
ese sueño de otro
que no alcanzo nunca.
no existo yo
en la quimera ajena;
la persigo, igualmente
aunque nadie note
nada más que mi fracaso.
III
El deber me mueve;
yo no lo muevo a él.
Mi deseo yace oculto
bajo las obligaciones
que un día me autoimpuse.
Envidio a lxs deseantes
que no conocen más
que su deseo
porque yo aún
no he visto su cara.
¿Cómo no perderme
si nunca supe más
que lo que otros querían?
¿Cómo no extraviarme
si nunca tuve
una brújula propia?
Habré de mirarme al espejo
hasta que el vidrio se fragmente
bajo el peso de mis ojos
y tenga que mostrarme
mi verdadera naturaleza.
…
Atrás no hay nada
Quizá lo entienda
cuando el espejo se destruya
y mis ojos se hundan
en la pared olvidada;
pared que el mismo olvido
habría dotado de colores;
colores que no estaban
en aquella pared fría.
conjunto de incertidumbres