la nombra

me hierve la sangre

me explica

me gana el ego

me aconseja

me brotan las lágrimas

se rie

vomito un grito

se enoja conmigo

grito, lloro, pataleo

no es un capricho

es un taladro comparativo

me mira, desorbitada

sigo llorando

se me escapan palabras erroneas

pega un portazo

me encierro en mi habitación

me quedo dormida sobre un colchón de angustia

no hay nada que hacer

la impotencia y el rencor tomaron el control