En los huesos

Mi cabeza corre a mil por hora cada vez que eso entra en mi. Lo odio. No puedo nombrarlo. 

Solo da asco, yo también doy asco. 

No paro de pensar. 

Me encierro en esas cuatro paredes para vaciar todo ese odio que hay en mi… esperando llegar a ese momento donde por fin me amo. 

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