En el dos mil uno, año turbulento,
Argentina, en su danza, caos vivió,
en diciembre, la furia despertó,
testigo fuego, lamento cruento.
Protestas en las calles, rostro al viento,
el pueblo, con su voz, se alzó y rugió,
presidente que en crisis sucumbió,
oxímoron del poder, movimiento.
El veinte, la tragedia consumada,
sinécdoque cruel, la herida abierta,
metáfora de un país en llamas.
En sueños rotos, la esperanza yerta,
la historia, cual telón desgarrada,
un año en sombras, en la mente, alerta.
Mi poesía nace del silencio y la contradicción, explorando lo oculto y lo reprimido en el alma humana. Escribo para desmantelar las máscaras que nos definen, cuestionando lo que decimos y lo que callamos. Mis versos son preguntas sin respuestas, invitaciones a ver más allá de lo evidente. Cada palabra es un reflejo de lo que tememos enfrentar, de lo que guardamos en lo más profundo.