Varonil la noche me encuentra,
Se acuesta conmigo entre los senderos bifurcados, los paraísos desolados.
Subimos escaleras que nos llevan a ningún lado.
Nos besamos bajo las sombras, tres días, tres noches sin reclamos.
Somos uno y a veces dos, somos eso que no tiene rostro y aunque siempre nos volvemos monstruos
podemos fingir no vivir una vida,
sino dos.
Escondemos las palabras entre los dientes, cerramos las puertas a los asuntos pendientes.
Sin pensar, sin ser independientes nos tomamos de distintas formas,
nos mezclamos entre las mazmorras como cuervos sin alegrías como leones sin cobardías.