Una tarea

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Lineas extensas con lápiz me dividen entre tareas que ya no puedo borrar ni evitar,

Los lugares donde no puedo pisar, los lugares donde no puedo mirar, los espacios que ya no puedo habitar.

Son los que escribí mientras dormía.

Hago una lista de rituales nuevos, de caminos, de horarios. Desarmo el plano de mi casa interior y recorro para remodelar, cierro las ventanas y apago las luces.

Me subo a una silla para ver si llego a verte desde lejos.

Me siento a leer un libro que me regalaste, dice que cada uno cree ilusoriamente que piensa cuando en verdad imagina, cree que actúa y en realidad obedece.

Me abrazo a una remera donde quedó tu olor y me duermo.

La luna prendió una vela en medio de las estrellas y recordè que el deseo de mi cumpleaños fue;

que iba a dejar que murieras primero.

Era la única promesa que podía cumplir y que dios me iba a conceder a pesar de mi ateísmo. Así, yo te extrañaría y tú no tendrías que hacerlo.

ahora, has muerto.

ayer te he amado.

ahora te amo.

Y mañana ni el resto de mi vida

Dejaré de hacerlo.

Pero tengo una tarea más difícil para completar:

Acostumbrarme a vivir sin ti.

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