Nuevamente,
Luego de cinco años, estoy en ésta habitación,
Habitación 10,
En la cual te perdí amada niña mía.
Los recuerdos invaden mi mente como un torbellino,
Amenazando con la ruina absoluta.
Por dónde mire hay imágenes del recuerdo,
Del dolor,
Del desgarro latente.
Anoche reposé en la misma cama,
En la misma posición.
Inconscientemente,
A la misma hora de tu ida,
Desperté,
Adolorida,
Con ojos húmedos.
Te añoro,
Aun siendo tu rostro desconocido,
¿Cómo es esto posible?
¿Cómo puedes penetrar tan profundamente en mi latir?
Seguramente porque eras o eres mi niña pérdida,
A quién ame sin conocer,
Y sin siquiera poder conocerla en el futuro.
Escribo esto para el viento,
Rogando que mis palabras y mi sentir te lleguen,
Esperando entendimiento de tu parte,
Queriendo que vuelvas a mí efímeramente,
Llegar a término y conocerte finalmente.
Aunque ahora mis pensamientos y objetivos sean distintos a los de aquellos tiempos,
A veces cambiaría por ti,
Por tu presencia,
Por tu existir momentáneo.
Te amo,
Pequeña flor,
Me despido de ti por ahora,
Te recuerdo siempre,
Hasta pronto,
Pequeña Amapola.
Mis escritos son quien soy.