El dolor es un usurpador que se instala, se agazapa y espera ocasión; es como una garrapata que te chupa la vida. ¿Cómo lo deje entrar me pregunto? Es amo y verdugo el señor, es un Dios. Sabe que en mi esta su casa, sabe que no hay ley que lo desaloje.
¿Sabrá que estoy cansada?
¿Sabrá que no es grato inquilino?
¿Qué si me suicido, esta perdido?
Porque donde valla, no viene conmigo, el perdido, no viene conmigo.