Los pasos perdidos

Las horas cayeron

mientras tus ojos me miraban,

en el cielo luces de neón.

— Siempre es tarde — decías

mientras tus ojos callaban.

Amanecía lentamente

como si el sol no quisiera vernos.

Perdí tus pasos cuando

se marcharon en dirección opuesta.

Las calles vacías me acogieron

en su silencio de mañana.

Nunca es tarde pensé

equivocándome una vez más,

los bares abrían temprano ese día.

Caminé sin mirar atrás,

una noche más — pensé — 

y el pasado se alejó

con cada paso que di.

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