la remera prestada que nunca te voy a devolver
los lugares que en realidad son espejismos
me doy cuenta que siempre lo fueron
las palabras que ahora uso con otros
para que no dejen de ser hermosas
porque nunca fuiste mi único amor
y no voy a dejar que te robes ese nombre
la felicidad terrible
las ganas de morir a la madrugada
olvidarme de vos por días enteros
pedir algo pero qué
parar todo, ojalá
pero no está en mis manos
es mi castigo divino
lo que brilla solo en la oscuridad
sabe que yo no puedo dormir si no hay luz
el espiral que repasa todo lo que recuerdo
e inventa lo que no