24 De octubre

Mientras recordaba como conocí un amor, también recordé como terminó otro.

Aquí un pequeño escrito del dolor y desamor que provoca el duelo al dejar a alguien que amamos.

La lluvia había inundado todas las calles de la ciudad

La Belgrano era un río que alguna vez tuvo una vereda.

Los rayos dejaron sin luz mi lugar 

Y mi corazón roto no paraba de llorar.

La realidad superaba la ficción 

No existian límites entre lo poetico y lo literal.

Me escondía dentro de mi buzo gris 

Mi ropa, 

Mi pelo 

Mi cara 

Eran un reflejo del tiempo 

De mi vida 

De mi dolor.

Ese día no encontraba la luz de emergencia 

Había oscuridad en todo lo que conocía en ese momento.

La tormenta no quería parar 

Y el dolor, el despecho y el desamor 

No querían descansar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio