Mientras recordaba como conocí un amor, también recordé como terminó otro.
Aquí un pequeño escrito del dolor y desamor que provoca el duelo al dejar a alguien que amamos.
La lluvia había inundado todas las calles de la ciudad
La Belgrano era un río que alguna vez tuvo una vereda.
Los rayos dejaron sin luz mi lugar
Y mi corazón roto no paraba de llorar.
La realidad superaba la ficción
No existian límites entre lo poetico y lo literal.
Me escondía dentro de mi buzo gris
Mi ropa,
Mi pelo
Mi cara
Eran un reflejo del tiempo
De mi vida
De mi dolor.
Ese día no encontraba la luz de emergencia
Había oscuridad en todo lo que conocía en ese momento.
La tormenta no quería parar
Y el dolor, el despecho y el desamor
No querían descansar.