Haberme sincerado conmigo misma es algo que hace mucho no me pasaba.
Hoy me desperté ansiosa, me latía fuerte el corazón, quería hablar con alguien sobre esto pero no había nadie.
Hoy me desperté reconfirmando mis pensamientos.
Y debo admitir que lo que más me impactó fue haberme sincerado con la maternidad.
Madre? Yo? Si.
Y me miré al espejo y me arreglé, y me rebele a la planchita de pelo que me hace bosta y acepte mis rulos.
Me mime con pensamientos positivos,y me sentí un poco más libre.
De pronto pensé. ¿Esto es madurar?
Y me respondi, mmmm creo que sí.
Y como soy alérgica a los cambios, ahí volvió la ansiedad como una prueba del destino para ver si de verdad quiero salir de mi zona de confort.
Y saben que?. Si. Si quiero y lo quiero más que nunca.
Aunque me aterre, aunque el camino sea más difícil, aunque ni siquiera sepa cuando y como se va a dar.
Es algo que quiero hacer.
Me quiero seguir reconciliando conmigo, quiero hacer algo que dicen, se llama. Crecer.