Tendría que haber sabido que no ibas a volver cuando dejaste sobre la mesa el anillo.
El que no te regalé pero te lo di.
Tendría que haber sabido que no era amor cuando no respondiste mis mensajes y te fuiste sin mirar atrás.
Tendría que haber sabido que no eras vos, aunque mi tonto y utópico corazón sintió en lo más profundo que SI eras.
Tendría que haber sabido que así como rompiste mi corazón a los 8 años, lo volverías a hacer sin piedad a los 28.
Tendría que haber sabido que esta generación no está hecha para amar,
Ni respetar,
Ni hablar.
Tendría que haber consumido junto a aquella vela el poema que te escribí.
Para no esperar que te hicieras realidad.
Tendría que haber aprendido después de tantos errores, pero lloré de chica y lloré de grande.
Porque vivo como una soñadora innata, creando historias y volando alto.
Porque cuando caigo, me doy cuenta, que no hay nada más cruel que el mundo real.
Y por hoy, ya no tengo fuerzas para soñar.