Prólogo
Estos poemas están inspirados en la tragedia que se vivió en mi ciudad, Bahía Blanca, el 7 de marzo de 2025. Algunas son vivencias propias. Otras le ocurrieron a mis amigos y vecinos. Escribí estos poemas durante y después de la tormenta, intentando retratar el paso de los días. Todos los fragmentos que encabezan las 6 partes de esta «crónica» pertenecen al libro Fragmentos de Futuro: Hombre, de Juan Solá.
I. La Inundación
«Llovió como si no fuera cierto que pudiera llover tanto
Juan Solá
con el río a la cintura
como la mitad de un espejo
la ciudad se miró en su propio reflejo,
horrorizada».
1.
La inundación llegó
Y a pesar de que fuimos advertidos
El torrente de agua
Fue incontrolable.
Se metió en nuestras casas
Ahogó macetas y jardines
Destruyó todo lo que había
Por debajo del nivel de la mesa.
La corriente arrastró papeles
Muebles
Ropa
Plantas y animales.
En algunos lugares
Se lo llevó todo.
La gente
Gritaba, desesperada,
Desde sus casas
Cuando se veían atrapados
Al borde del ahogamiento.
2.
Nosotros,
Con el agua mordiendo nuestras rodillas,
Sentíamos el frío entumecernos los pies.
A pesar del verano,
Ese frío te subía por el cuerpo
Y la cama
Era el único lugar seco
Donde refugiarse.
Bueno, “nosotros”,
Los privilegiados,
A los que sólo
Nos entró un poco de agua.
A los que no se nos inunda la casa
Cada vez que llueve
A los que no se nos corta la luz
Cuando el viento sopla fuerte
O nos quedamos sin agua
Con el primer calor del verano.
La sociedad se estampó de bruces
Contra las desgracias
Que parte de sí misma
Vive casi a diario.
3.
Se cortaron todas las comunicaciones.
La imposibilidad de conocer
La gravedad de la situación
La incertidumbre
De no saber nada sobre los demás.
Imagino a mi hermana
Mirando las noticias:
Llama…No da tono.
La desconexión
Alimenta el desconcierto
Y los demonios que siempre están
Acechando nuestros oídos…
¿Estará bien?
¿Y si se cayó?
¿ Y si se resbaló?
¿Y si se la llevó la corriente?
¿Y si nunca deja de llover?
¿Y si el agua no baja?
¿Y si…
II. La espera
«El patio se sigue inundando
el río sigue entrando a la casa, papa,
el río que alimentaste con basura
se sigue vengando».
Juan Solá
1.
Nadie pesó que llegaría a tanto
Pero ya lo habíamos visto hace un año:
La naturaleza se estaba desquitando
Por todos los daños que le infringimos
Y que nunca íbamos a poder reparar.
Ahora debíamos soportar su furia
En silencio
Mirando desde las ventanas
Los autos deslizarse calle abajo
Y chocar
Contra los paredones de ladrillo.
Nos volvimos expertos
En el arte de quedarnos inmóviles
Apoyados en los marcos de las aberturas;
Ese momento
En el que solo se puede ver
Y esperar.
2.
De vez en cuando
Se oye la calma…
Y de golpe
La lluvia arrecia nuevamente.
Golpea contra los techos de las casas
Y solamente podemos
Rezar para que pare
Y no siga entrando agua.
3.
Subí un estante más
La caja con todas las cartas
Que alguna vez alguien
Me escribió en mi vida.
Temía que el agua se llevara
Algo realmente irrecuperable.
4.
Cada tanto, una palangana
(que quedó de un intento desesperado
por frenar la entrada de agua)
pasa flotando por la habitación.
La angustia se prolonga
Por un tiempo que parece eterno
Pero se vislumbra
La luz al final del túnel:
La crecida baja
De a 1 cm por hora
En la marca de la pared.
III. Postales de la crecida
«Yo me olvidé tan de prisa
tan de golpe
de la belleza que también merecen
las cosas horrendas
que me han sucedido.
Merecía que mi herida dejara de sangrar
y ahí nomás armé un altar
para mi propia historia».
Juan Solá
1.
Fin de las esperanzas
De retomar una carrera
Que dejaste a medias.
2.
Bahía convertida
En el mundo postapocalíptico de Flow
Con el agua subiendo cada vez más rápido
Y la calle convertida en un río
Con la fuerza de un tsunami.
Haku pareció entenderlo bien
Porque se lanzó a nadar
Por el piso inundado
A pesar de que no hacía pie
Spoiler alert: no lo logró.
Saltó por todos los estantes
Tirando libros y revistas
Para tratar de protegerse del agua.
Sorprendentemente,
Dejó su marca en un libro
Para que la encontrásemos luego
Durante la limpieza:
Una huella embarrada
En El caso del gato del portero
De E. S. Gardner.
3.
El cosmos (quizá)
Enviando un mensaje
Desde un poster de la Feria 2024
La salida es colectiva
Y la contratapa
De una setentosa revista Life
Todo va mejor
Todo va me…
Todo va…
4.
Carta no enviada a una hermana en el extranjero
Querida hermana:
Mentira, nunca te digo así.
Ani:
Estamos bien.
La tormenta nos pasó por encima
Pero estamos bien.
Solamente entraron 30 cm de agua
En la parte más alta de la casa
Y 45 en la más baja
Pero estamos bien.
En lo de la abuela fueron más
Pero ella está bien.
La casa está llena de barro
Tuvimos que subir todas las cosas
Que estaban al nivel del piso
Pero estamos bien.
Perdón,
No pudimos salvar algunos de tus cajones…
Haku se cayó al agua
Pero está bien.
El internet funciona de a ratos
Y puedo ver imágenes de la ciudad
Tengo el corazón destrozado…
Pero estoy bien.
IV. El después
«Paisaje desfigurado por la herida del progreso,
allá donde había carne ya no quedan ni los huesos,
allá donde hubo urbe ahora hay ceniza volcánica».
Juan Solá
1.
Muchos aparatos eléctricos
Ya no funcionan.
Muchos muebles
Se rompieron apenas tocarlos.
Las bibliotecas
Tiran pilas y pilas de libros
Escurren litros de agua
Sacan toneladas de barro.
Mi librería favorita desapareció
Las cosas que perdimos en el agua
Lo que el agua se llevó…
La luz aún no regresa.
2.
Cuatro días sacando tierra
Todavía queda más de la mitad de la casa.
Creés que limpiás el barro
Pero al día siguiente
Vuelve a aparecer.
Marcas como garrotazos
Pincelan los cerámicos blancos.
Por lo menos hubo sol
Porque ayer, por la humedad,
Las cosas no se secaron.
A partir de las 18 ya no se ve
Y no se puede seguir limpiando
Ni nada.
3.
La tierra en la casa
La tierra en el cuerpo.
El olor a humedad
Que penetra las paredes
Y parece no irse nunca.
Hongos crecen en la madera
Que ya perdió
Todo rastro de su color original.
4.
Friego mis pies con fuerza
Como si quisiera
Quitarme de encima la tragedia.
Aunque nunca estuve
Realmente en riesgo,
Los relatos de mis coterráneos
Me erizan la piel.
Comencé a temerle a las nubes oscuras
Los ruidos fuertes
Las luces intermitentes
Que aparentan presagiar otro desastre.
5.
“Podría haber sido peor”
“A nosotros no nos fue tan mal”
“Acá no fue tan grave”
Nos decimos unos a otros
Para consolarnos
Pero en el fondo sabemos
Que nunca había sido peor.
Jamás habíamos visto algo así
Parecía que algún Dios nos castigaba.
V. La gente
«De qué servirá este amor
si no alcanza para salvarnos de nosotros mismos.
De qué servirá
si no podrás multiplicarlo entre los tuyos
si no podrás reconocerlo en cada cosa que está viva».
Juan Solá
1.
Los vecinos
Amigos y familia
Que vienen a ofrecer su ayuda
A palear
A limpiar
A trapear
A lavar.
La panadería que regala pan
La pollería que regala pollo
El vecino que nos prestó electricidad.
Los que ofrecieron su casa como refugio
O abrieron el club para juntar ropa y comida.
Ollas populares que se arman
En medio de las calles destruidas.
Contingentes de gente de toda clase
Armados con trapos, baldes y cepillos.
2.
Llegan camiones y trenes
Cargados de solidaridad
De los de acá
Y de todos lados.
Pero cada donación
Pesa una tonelada de responsabilidad.
VI. El duelo
“Con qué fuerzas
soñarás futuro y me pedirás que sueñe
tan ausente de este ahora polvo y sed
tan aferrado a tu lado profundamente humano
innegablemente humano
que todo lo destroza
que todo lo somete
que todo lo devora.”
Juan Solá
1.
Quiero escaparme un rato
De esta realidad espantosa
Que huele a humedad y mugre.
Quiero escaparme
De la gente repugnante
Que se aprovecha de la desgracia ajena
De la conciencia
De quienes lo perdieron todo.
Quiero salir un rato
De esta realidad horrible
Del recuerdo del vecino gritando
“¿Hay alguien?”
Desde el otro lado de la calle.
De ver las imágenes de la gente
Refugiada en los techos
De imaginar el frío en los huesos
De los pequeños
Que sus padres y vecinos
Tuvieron que salvar.
La cara destrozada del chico
Que perdió a su abuela
Arrastrada por la corriente.
De lugares que ya no son los mismos
Y no volverán a serlo jamás.
De que sea peligroso caminar,
Solamente caminar,
Por la ciudad.
Necesito
Fingir que nada de esto pasó
Despertar
Como de una pesadilla horrible
Y volver a mirar una película en el sillón
Que todavía tiene agua
Y barro
Y cosas encima.
2.
Ruego que mi cuerpo
Deje de sentir cansancio
Que cada noche cuando me acueste
No parezca
Como si me hubiera pasada por encima
Un camión con acoplado
Y un elefante
Se hubiera sentado en mi pecho.
Que las astillas
Y los callos
Y las heridas
Que anidaron en mi piel
Durante la limpieza
Dejen de doler.
Necesito volver a sentir
Que este cuerpo es mío,
Que no soy una extraña
Mirando desde fuera.
Necesito volver a habitarlo…
Y a mi casa también.
3.
El mundo marcha con normalidad.
“Hay que seguir”
“No queda otra”
“¡Fuerza Bahía!”
“Vamos a salir adelante
Siempre lo hacemos…”
Y yo solamente puedo preguntarme
¿Cómo?
¿Cómo se vuelve a la rutina después de algo así?
¿Cómo seguimos después de esto?
Epílogo
«Puedo ver por primera vez y allá al fondo
adentro de mi propia muerte
hay un jardín esperándome».
Juan Solá
Todavía es pronto para advertir
Las consecuencias de esta catástrofe.
Pero lo que sí se aprecia
Desde el momento mismo
En que surgió el caos
Es la valentía
El apoyo
Y la unión
De un pueblo
Que de cada herida abierta
Supura resiliencia.
Profesorado y Licenciatura en Historia en la UNS. Poesía contemporánea (hago catarsis bah). Vértices, caminos, vórtices (2016) en la editorial artesanal Homoludens. Insomnia (2023) digital en Trafkintu. Coconductora de Radio TFK y redactora en 8000.