Te observo
rodeado de gente,
rodeado de edificios,
rodeado de excesos:
de multitudes, de pares,
de un mar de gente,
de un océano de personas,
de una cascada de rostros
cayendo violentamente,
de rascacielos, de chalets,
de casonas, de casitas,
de condominios,
de ornamentos brillantes,
de ornamentos opacos,
de ornamentos grandes,
pequeños, insignificantes
(siempre insignificantes),
de fiebre por aquello,
de ansia por esto,
de relojes que corren,
de canillas que corren,
de piernas que corren,
de vidas que corren,
de sangre que corre
por las venas, por los órganos,
por los ríos, por las raíces,
de hormigas que recolectan
las hojas más pesadas,
de hormigas que se desorientan,
hormigas que giran,
giran
y giran,
hasta el cansancio,
hasta el agotamiento
de girar y hasta morir.
.
Te observo
rodeado de mundo.
Y es observarte
en un cubo blanco.
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Ref imagen: muestra en el MAC, 2Museos (Bahía Blanca, Buenos Aires) del Salón Nacional