Ella.
Ella nunca quiso ser madre.
Nunca quiso cargar en su vientre
nueve meses
a un parásito, a un buitre,
a un carroñero que se alimentara
de la difunta ella que moría rápidamente.
Ella nunca quiso gestar su muerte.
Nunca quiso comprar una casa,
comprar una olla, comprar un perro,
comprar una cuna, comprar un biberón,
comprar su tumba.
Ella nunca quiso coger.
Nunca quiso que la cogieran,
ni que le dijeran «puta de mierda, sos mía».
Ella nunca quiso crecer.
Nunca quiso dejar de jugar, ni de reír.
Nunca quiso dejar sus zapatitos del colegio
por unas zapatillas réplicas de Nike para el
mami vóley, mami básquet, mami running.
Pero ya había parido, y no quedaba más
que su mutilado vientre
recordándole que ahora es
lo que nunca quiso.
Adiós.
Por las noches
las mangas de mi vestido
se sumergen en el río Correntoso.
En sueños
el fiofío crestiblanco
me continúa cantando en primavera.
Despierto y no está,
se ha ido lejos,
lejos.
Despedida.
Un día ella te dijo que te amaba
y juntó flores silvestres del baldío a tres cuadras de tu casa.
De lejos sentiste que las flores
tenían olor a bosta de caballo
y no pudiste disimular la cara de disgusto.
Un día te preparó el mate dulce,
y las galletitas dulces que te hizo la noche anterior
te empalagaron tu exquisito paladar.
Un día te ofreció el catre hundido
para que durmieras en la habitación contigua a la suya
y vos te escabulliste a su cama sin permiso.
Un día tejió a dos agujas
una bufanda que te picaba la nuca,
así que se la diste al perro sucio, mugriento,
que nunca cuidaste porque nunca te importó,
total lo había adoptado tu viejo.
Un día te dijo que te amaba,
pero las palabras se las lleva el viento
así que soplaste tan fuerte la vela de tu cumpleaños número veinte
que ella se fue volando.
Un día
ella se fue
lejos,
lejos.
Creeré en Él.
Creeré sin dudar en cada palabra
de sus labios o proclamada suya.
Me arrancaré los ojos
pues sentiré el calor
de su libro entre mis brazos:
eso debería ser suficiente para mí.
Quizá una mañana
la fe ocupará todo mi pecho
e inhalaré profundo
un aire frío y seco
que colapse mis pulmones,
hartos de respirar mis pesares,
y exploten de inercia.
Creeré en Él,
así una sola plegaria
bastará para sanar
los dolores que cargo como cruz
de vidrio pulido resbaloso y frágil
sobre mi automutilada espalda,
mi latigada espalda,
en mi interior y mi vientre.
Quizá entonces mi cuerpo
suelte los nudos que apresan
y que han mutilado cada chakra,
con la sed de mutilamiento
que tiene una mantis hembra
por su macho.
Creeré en Él.
Y cuando lo vea a los ojos
le diré «en vos confié»
y Él me dirá:
«Yo jamás te he pedido
que confíes o que me ames,
no te debo nada
como tú nunca nada
me has debido»
Muchos.
Ese día me agarraron entre no sé cuantos.
-¿Cuántos?- preguntó el cana.
-No sé- respondí.
-¿Cuántos?- insistió.
-Muchos – respondí.
Porque cuando son muchos
no puede una pararse a contar
cuántos son «muchos» .
-¿Más o menos cuantos? – preguntó.
Silencio.
-Muchos- respondí.
Porque cuando se está ahí
llorando, gritando, que sé yo,
no puede una pararse a contar
cuántos son muchos.
-Muchos…- murmuró.
-¿Cuántos? – pregunté.
AMOR DIGITAL
Quiero escribirte poemas de amor
pero de Amor con mayúscula
y con muy penosas rimas.
Quiero escribirte poemas de amor,
romántico y monogámico
para fotos de Facebook
que republiquen mis tías.
Y lo intentaría, pero no me sale nada
es que no estoy enamorada,
y podría hacer gala
de la fórmula romántica
luna-cisne-rosa
y decirte
que brillas como la luna,
oh cisne que envidia tu sonrisa hermosa,
pero no.
¿Y las rosas?,
¿que me olvidé las rosas estás diciendo?
Me las olvidé en lo de mi amiga
con la que me pusiste los cuernos
Y no quiero contar, rimar, versar, pecar,
comer, coger, rezar, amar…
solo quiero decir
que el amor con mayúsculas no existe,
y claro
sí pone “twitted by iPhone”.
Emoji de corazón rojo-rojo-rojo y rosa
(así, como para ir innovando)
No quieren anillos,
tarjetas,
flores,
Flores, ¿que si quiero o si tengo?
Y no me ignores
Que te vi en línea,
y fui a insta y vi que subiste un story
con la puta barrita
¿Para qué?
¿Para que voten tus amigas?
¿O las minas que conociste en Tinder
que no sé por qué aún no las borraste?
Y likeas sus fotos,
sus historias,
sus mensajes…
Insisto,
sé que el amor así es solo mito,
pero por favor deja de clavarme el visto
porque vos me hablas
y yo enseguida te contesto.
Porque me clavas el visto una vez más
y tendré que hacer un puto poema al respecto.
UN MONTÓN DE VERSOS.
Te voy a hacer un poema.
Pero «hacer»,
no «escribir».
Y vas a pensar
que Garcilaso de la Vega no era nadie,
que Neruda no era nadie,
que Benedetti no era nadie,
que Bécquer no era nadie,
Todo porque nadie te hizo
un poema a vos.
Nadie había pensado antes
cuántos versos podrían besar
tu cuerpo puro, piadoso,
o qué métrica saciará tu lívido
o sin o con
y si rimar o no
o si rimar tu nombre nada más
o además tus ademanes
o los rincones de tu rostro,
pecho, cintura, cadera, piernas,
o un soneto a tus vísceras,
y estudiar medicina
solamente para versarte
órganos, órganos, órganos.
Ni Francisco de Quevedo,
ni Baldomero, ni Keats, ni Byron.
Has pensado que nadie
te ha apreciado lo suficiente
para hacerte un poema,
sin contar conmigo,
porque para contar conmigo
está la sutileza de los versos,
de mis versos, ahora tuyos.
Ni Lope de Vega, ni Rubén Darío,
ni Sor Juana Inés de la Cruz,
son nadie porque no escribieron
haciendo uso de este -y solo este-
dolor desgarrador de tu amor
que solo el sueño conoce,
por no conocerlo todo,
y la poesía recita
más allá de la muerte.
Porque por vos he de vivir,
sí te cabe alguna duda,
pero he de morir si así lo quisieras.
Ni Juan, ni Sofía, ni González, ni Fernández,
disgustan el silencio de cuando callas
más yo gozo cuando gritas,
y rompes el capullo que te aprisiona
de esta vida tan lejos del sueño,
tan lejos mío que vivo en la noche,
noche destinada al amor,
noche irracional,
noche oscura y densa.
La poesía empieza
cuando anochece y el sueño
da lugar al extrañamiento.
La poesía empieza
por el desasosiego.
Y yo te hago un poema que no dice nada
más que un montón de versos.
_____
Foto: Alsina al 150, foto década del 80/90. Aporte de Leonardo Moreno.