Hace poco más de un mes, en estos mismos artículos, comparamos la escalada de contagios de coronavirus que había en el mundo. Los casos habían pasado de casi 200.000 a más de 2.000.000. Un crecimiento multiplicado por 11 en apenas 30 días.
Hoy, si medimos contra el período pasado, la realidad es otra. La cantidad de casos nuevos sumaron 2.300.000, 400.000 más que en los treinta días previos, pero lo más preocupante de todo, la aceleración en la curva de contagios, los números exponenciales que asolan al planeta, bajaron considerablemente. De multiplicar por 11 a multiplicar por 2. Un cambio rotundo.
¿A qué se debe esto? Probablemente al aumento de información. Al tratarse de una situación nueva para la humanidad, con una pandemia globalizada en tiempo record y una caída económica de la que el capitalismo probablemente no tenga registro, todo el tiempo se suman herramientas y saberes para enfrentar a la covid. El distanciamiento social, la higienización, las cuarentenas, el barbijo, el cuidado de los grupos de riesgo. Todos recursos que han sido debatidos hasta el infinito pero que, en mayor o menor medida, ayudaron a desacelerar la curva de contagios mundial.
El rol de la Organización Mundial de la Salud
Y en esto quiero hacer una defensa de la Organización Mundial de la Salud, atacada por izquierda y por derecha en estos días. Llena de polémicas, como la del tamiflú durante la gripe A , esta vez la OMS cumplió con la función de transmitir estos nuevos conocimientos en cada rincón del planeta, sin importar distancias, razas o ideologías políticas. Todo esto en un tironeo descomunal por la pelea cada vez más expuesta entre China y Estados Unidos.
Veamos como fue el desarrollo del coronavirus.
Diciembre fue el mes de China. Ni siquiera se hablaba de covid, apenas de una rara neumonía viral. En Enero le toco al resto de Asia. Ya había más información y las experiencias en epidemias recientes en el continente permitieron que el brote no pasara a mayores. Febrero fue el mes de Europa, que no tenía experiencia en este tipo de pandemias. Fue desastroso. Algunas de las potencias más grandes del mundo se vieron desbordadas en apenas semanas. La cuarentena obligatoria todavía les daba escozor a los políticos europeos, por el tufillo a régimen comunista que traía.
En Marzo, cuando el virus llegó a América, la situación era diferente. Había más información: se sabía cómo prevenirse. Cuarentenas totales o parciales con cierre de fronteras. Concientización de la población sobre higiene y distanciamiento. Algunos países tomaron el consejo, otros no, pero la información estaba.
Abril fue el mes de los menos globalizados. África. Con las peores infraestructuras del mundo y en convivencia con otras enfermedades endémicas, el covid se prepara para hacer desastres, pero, por lo menos gracias a la Organización Mundial de la Salud, los países tienen herramientas con las que enfrentarse a la pandemia. Si el coronavirus hubiera tocado tierras africanas en Febrero o ningún ente internacional se hubiera preocupado por recabar y retransmitir la data adquirida, la tragedia humanitaria hubiera sido cientos de veces mayor en el continente más pobre de la Tierra.
No es que la OMS sea perfecta, pero es lo único que tenemos. Es el mal menor internacional ante esta pandemia. Es eso, o cada país por su cuenta. Además, si Donald Trump la critica y amenaza con sacarle fondos, algo bien estará haciendo.
¿Qué va a pasar de acá a un mes?
Obviamente saber eso es imposible, pero se pueden especular algunas cosas. Con la información que tenemos y lo advertido que está el mundo es difícil que los números se multipliquen por 11 como en las primeras etapas del virus. Sin embargo, hay un par de alertas que auguran un futuro negativo.
Como ya se dijo, Abril fue el mes de arribo a África de la enfermedad, pero Mayo puede ser el momento en el que la curva de contagios explote. Tampoco América escapa a esta tendencia y muchos especulan un traslado del epicentro de la pandemia de Estados Unidos a Brasil, sin descuidar los casos ecuatorianos, canadienses, peruanos, chilenos y mexicanos con unos números que asustan.
Pero es en Europa y en Asia donde se va a centrar la atención. Marzo, Abril y Mayo fueron meses de cuarentenas duras en estas regiones. Amparados en el falso concepto del pico en la curva de contagio, varios países han aflojado sus restricciones a niveles asombrosos. Incluso Eslovenia ha anunciado la victoria sobre la Covid-19, aún con casos activos en su territorio. Veamos por qué están equivocados estos países.
El falso concepto del pico de contagios
Probablemente tomado de la evolución de otras enfermedades, algunos infectólogos, científicos y líderes mundiales sueltan frases como “en tres semanas llegaremos al pico de contagios” o “estamos atravesando el pico”. La creencia supondría que, como pasa con las montañas, el coronavirus haría cima en un número mágico y después los casos nuevos se mantendrían en ese nivel o incluso bajarían hasta cero.
Esto puede ser aplicado en otras enfermedades donde quizás el vector de contagio pierda fuerza o disminuya la frecuencia de infección porque no se hallen nuevos huéspedes para el generador de la patología. Esto puede ocurrir por la bendita inmunidad del rebaño o porque se empiece a aislar a los enfermos. Por eso existen los picos de contagio, porque algo genera que la enfermedad no pueda prosperar.
Ahora estamos en una situación similar, con la única diferencia que los aislados son los sanos dada la imposibilidad de reconocer y controlar a todos los infectados. Las cuarentenas y el resto de las medidas sugeridas por la OMS redujeron el accionar del virus y por eso se frenaron esos crecimientos exponenciales, pero este virus no va a parar. Lejos estamos de cualquier inmunidad de rebaño o tratamiento efectivo, ni nada parece indicar que el coronavirus vaya a perder fuerza. Incluso en los países donde los contagios son masivos, no llegan a afectar al 1 por ciento de su población.
Si se levantan las medidas de aislamiento, la covid va a volver. En Asia, por sus experiencias previas en epidemias respiratorias, probablemente podrán retrotraer con velocidad las fases que sean necesarias. Habrá que ver qué pasa en Europa, cuando los casos comiencen a crecer nuevamente. Si siguen escuchando a los defensores del mercado, seguramente los contagiados aumenten con mucha fuerza en el próximo período de 30 días.
Algo de eso ya se llega a ver en la proyección que incluimos más arriba. Es una simple extrapolación de los días que pasaron, hasta el final de Mayo y ya se aprecia un crecimiento leve. Para fin de mes, si seguimos así, vamos a tener 6.000.000 de casos en el mundo, más o menos los habitantes de Nicaragua, Singapur o Dinamarca.
Optimista en lo local, pesimista en lo nacional
Mayo venía libre de nuevos contagios en Bahía hasta que llegó el día 9 y aparecieron los dos primeros contagiados del parque eólico Vientos del Secano, responsabilidad de la empresa Envisión Energy. Hoy ya tenemos 20 contagiados, 14 en Bahía Blanca y 6 en la localidad hermana de Mayor Buratovich. En el medio, quedó atrás el HAMgate, llevándose consigo a Jorge Aldo Correa, el segundo fallecido por coronavirus en nuestra ciudad.
A esto se le sumó la llegada de un preso, excarcelado del penal de Devoto, que terminó dando positivo en Bahía, sumando otra variable de contagio. El panorama general es entonces el de 16 casos activos. Los 14 del parque eólico, el preso y una enfermera del Hospital Penna, resultado del minibrote que se dio en el lugar hace ya varias semanas.
Obviamente pueden aparecer nuevos focos de contagio, pero como seremos optimistas en lo local, centraremos el análisis en los ya existentes.
Se especula, según estudios alemanes, que la carga viral de un enfermo capaz de transmitir la covid disminuye hasta ser inofensiva el día 8 desde el contagio. También está bastante aceptado por la comunidad internacional, que los síntomas aparecen, si aparecen, entre el segundo y séptimo día desde que el coronavirus ingresa al cuerpo. Esto quiere decir que, grosso modo, los contagiados generados por un “enfermo A” van a aparecer hasta 15 días después de la infección del enfermo “A”. Pasada la quincena, podemos considerar inofensivo al paciente. Esto es exactamente lo que pasa con la enfermera del Penna, que según se dice estaría por recibir el alta en lo inmediato.
El del detenido domiciliario es un caso más complejo. Llegó el sábado desde Devoto y pasaron largos cinco días hasta el testeo positivo y posterior traslado al Hospital Penna. En ese lapso, es de esperar que haya contagiado a los familiares que vivían con él. La municipalidad ya los tiene bajo observación y aislamiento, pero las variables de contagio son muchas y no sorprendería la aparición de casos externos. Es evidente que el paciente ya vino con el virus desde la Ciudad de Buenos Aires y recién demostró síntomas en nuestra ciudad, por lo que su amenaza como vector de la enfermedad estaría por extinguirse. Claro que, ante cada contagio, el reloj vuelve a empezar en el nuevo portador.
Pese al descontrol inicial, el brote de Vientos del Secano en Buratovich estaba bastante controlado, sobre todo en Bahía Blanca. Desde el 15 de mayo, todos los casos nuevos venían siendo observados por la municipalidad y rápidamente aislados. Si no hubieran surgido contagios entre el personal de salud, el 25, día patrio, ya podríamos dar por finalizado el incidente. Sin embargo, ayer apareció un caso que no venía siendo vigilado. Esto retarda la fecha de finalización del brote, por lo menos hasta los primeros días de junio.
¿Por qué se considera optimista este análisis, que detecta varios focos de contagio en la ciudad, muchos de ellos incontrolables? Precisamente por eso. Porque los casos se pueden analizar, seguir, identificar. No son cientos por día y miles por venir. El seguimiento individual parece volverse impracticable en otras escalas, como las que venimos viendo en los noticieros internacionales y que, desgraciadamente, estamos por presenciar en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Si mañana los anuncios de Alberto Fernández no abordan esta problemática con firmeza, Argentina pasará de ejemplo mundial ante el coronavirus a ser uno de los epicentros mundiales de la pandemia, en menos de un mes y medio.