Como
mis diciembres son horribles en terminos de horarios, he decidido
cerrar, unilateralmente, el año 2021, en combo indivisible con el
nefasto 2020. Fue intenso. Pandemia heavy que se volvió liviana,
Juegos Olímpicos pospuestos y disminuidos, elecciones en Argentina y
en Perú con resultados diversos, que esperanzan en mis origenes
norteños y preocupan en mi patria adoptiva del sur.
Así
que antes de que se abarroten de sidra y pan dulce les dejo mi
resumen del año, dividido en 3 partes: entrada gastronómica,
política principal y postre de variedades.
Qué
lo disfruten y que el 2022 llegue más peronista, kirchnerista y
castillista que nunca.
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