Creo que mirar con ojos extraños un lugar recorrido harta y cotidianamente me permite acceder a otros mundos. Me animaría a decir que la perspectiva lo es todo a la hora de contar. Me tomo el atrevimiento de modular otras voces, identidades a las que mi razón sólo puede (intentar) comprender a través del mundo sensible de la palabra. Me tomo el atrevimiento de hablar sobre otres desde mi acotada visión. Esta serie de poemas surge como un intento fallido de salir de la autorreferencialidad, de hartarme de mí. Como si fuera posible no hablar de una.En el tiempo en que escribí esto tomé el hábito de salir a pasear, caminar rumbeando, y sacar fotos a las cosas en la calle que llamaran mi atención. Estos poemas se parecen un poco a eso. Momentos, personas, situaciones totalmente ordinarias pero que por algún motivo, irrumpieron mi rutina. Escenas cotidianas que capturaron mi mirada y que intenté digerir con palabras como si mi mente fuera una cámara instantánea.
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