la angustia me revuelve el estómago
me arden los ojos
la espalda se encorva
retuerzo, desentraño, enmascaro
me preparo para la vencida
el puñetazo viene directo
con velocidad
me dejo caer
llevo toda mi vida en la cuerda floja
y me cansé de mantener el equilibrio
la luz se apaga para volverse a prender a horas inapropiadas
la colección de vasos en mi pieza
ropa de hace tres días
duermo a los pies de la locura
desgarro el dolor
trituro, trago, masacro
todo lo que esté dentro de los límites de mi piel
me desnuque
amputé mi propia mano
como ofrenda un dios en el que no creo
como venganza al amor
e hice tregua con la áspera promesa de nunca volver a amar
la corrosión deshace los huesos
ya roto
la matiz de un día de verano se refleja en el espejo
y dejo que me absorba
porque no puedo soportar la oscuridad
del mundo en el que vivo