en el amalgama de sus sabanas oscuras reposan las inquietudes de sus sueños, 

los pisoteo en el suelo y me escupe.

congelado

a pocos metros sus ojos vidriosos anhelan expandir sus sentidos,

contempla la naturaleza de mi piel morena pero se siente vacío

porque anhela,

yo lo piso y él me escupe,

le extiendo mi mano, morada, casi zombie

y nuestros dedos danzan en el espacio apartando todo rezo de deseo 

se rinde, lo piso y me escupe,

lo dejo entrar solo un poco a mi cabeza y nos calentamos con el fuego de mi pecho, 

no lo estoy escuchando, me dice maleducado, 

no lo escucho por solo apreciar su boca beber y su lengua humedecer, 

entonces maldice mi nombre, para escupirluego sin ser pisado