Los caminos de la vida

no son lo que yo quería,

no son lo que yo creía,

no son lo que imaginaba

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los caminos de mi vida fueron un presagio de tu recorrido en la gps urbana

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vos me llevas desde hace catorce años a la puerta de mi casa,

vivimos juntas las quince cuadras de gritos de guardapolvo blanco

cual monos sujetos al techo entre palos

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debo confesarte,

yo tampoco los bancaba.

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vos me presentaste a una de la mejores personas que conocí y voy a conocer en mi vida,

en la parada de gorriti y estomba después de la primer clase de gimnasia del secundario, nunca voy a olvidarme de eso,

años más tarde

tendría allí

el honor de ser parte de la mejor conversación anarquista

con una de las mejores mentes de mi generación

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fuiste testigo de mi relación con A

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estuviste ahí cuando nos peleamos y no hablamos durante todo un año,

estuviste ahí cuando, sentada, esperaba que subiera un par de paradas más adelante para ignorarla,

 no nos mirabamos 513 y ese debe haber sido uno de los momentos más dramáticos en la historia de fournier,

estuviste ahí cuando nos reconciliamos y hablábamos de cómo no habíamos estudiado por pasarnos la mañana buscando departamento aunque no tuviéramos un peso, pues no teníamos trabajo y lo único estable en nuestra vida era hervir la olla para comer fideos con queso cremoso derretido y muchísima sal

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a veces la extraño,

no se murió ni nada,

pero ahora tiene auto

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gracias a vos no llegué tarde al trabajo esa mañana que caí muy de resaca y sin corpiño a mi casa a las 7 de la mañana cuando 7.30 sonó la alarma,

no fuimos conscientes 513 de que ese sábado no era sábado y siendo jueves trabajaba

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no me perdono haber desconfiado de vos cuando googlee la dirección de la casa de M y me dejabas como a veinte cuadras, tuve que darme cuenta sola que no valía la pena levantarme a la 6 de la mañana, tomarme dos líneas distintas, para llegar a la casa en cuestión y que un chico en pijama de invierno color vino bordo y puñitos en las mangas me dijera “me bancas un cachito que termino esta partida?”

aprendí la lección 513 un cachito es una hora y siempre fuiste sabía

mentira 513 no aprendí nada porque volví a ir a la casa y casi pude sentir susurrar en la parada:

           bueno mamita hace lo que se te cante,

¡pero así soy 513! a veces no puedo evitar lo minusválida mental

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fue una de tus ramas

la 513ex

la que despertó en mí una nueva mirada

allí ocurrió lo que leía en twitter pero no sabia que pasaba:

de pronto escuche llorar a una chica en el asiento de atrás y algo hizo que yo no dudara en sentarme al lado y preguntarle…

y ese algo 513 fue que yo sabía que vos sabias that they don’t know that we know

lo que se sentía ser dejada, abandonada, destruida minutos antes de rendir un final

yo sabía 513 que no la habías traído hacia mi por nada

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hemos vivido un mundo agitado

un mundo de amor y desamor

donde los gobiernos de turno no han logrado separarnos

ni las monedas, ni las tarjetas,

ni las subes que ya han cruzado los cincuenta pesos por pasaje

han impedido que cada día me siente en mi trono

(o sea el asiento individual sobre la rueda en la que puede percutir con los pies mi mejor canción)

hemos transitado días y noches donde mirar por la ventana e imaginar que soy la mejor película de Isat no alcanzaba sin tus luces rojas de antro y esos temas en la radio que traemos incorporados desde antes de nacer,

513 tanto me has dicho tanto me has dado

513 yo me iría hasta el fin del mundo con vos lo puedo jurar

(el fin del mundo o la casa de M2 que queda al final de vieytes, cruzando la ruta 3)

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no te asustes pero hay algo que tengo que decirte

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yo,

 te amo.