seguís
tocando
la herida
de a ratos
para ver
si todavía
está ahí
y te acordás
de la alergia
de todos los
inviernos
y la voz
maternal
que pedía
que dejes
de rascarte
para que
se te pase
y tenía
razón.
seguís
tocando
la herida
de a ratos
para ver
si todavía
está ahí
y te acordás
de la alergia
de todos los
inviernos
y la voz
maternal
que pedía
que dejes
de rascarte
para que
se te pase
y tenía
razón.