Auditui meo dabis gaudium et laetitiam: et exsultabunt ossa humiliata.
Averte faciem tuam a peccatis meis: et omnes iniquitates meas dele.
(Miserere – Allegri)
¿vendrás, querido ángel,
a acariciarme la cabeza
mientras me desangro
en el jardín?
serás el último en besar mis manos,
serás el último en verme caer.
tengo el nombre de la derrota
escrito en mi cuerpo.
tengo el cuerpo de la derrota
cargado en mi nombre.
todo está designado
desde el principio
de los tiempos.
ahí viene el coro:
hagan silencio.
[coro]
un sólo árbol
no dio frutos
esta noche.
hay un cielo
esperando
eternamente.
cruces de sal,
lavanda fresca
en los altares.
reza, padre,
reza por ella:
ya no desea.
reza, padre,
se pierde
en el bosque.
reza, padre,
su sangre
se quema.
no vayas,
no vayas,
no vayas.
/coro se detiene/
ya conozco mi destino,
ya sé qué será de mí.
las espadas se ciernen
sobre mi pecho desarmado.
las hiedras que me sostienen
están a punto de ser cortadas.
no he sido suficiente
para todos los que he amado.
no he amado lo suficiente
para todo lo que quise ser.
basta, coro.
/silencio/
ya no quiero que canten sobre mí.
ya no deseo la palabra.
he visto al ángel deletreando mi final.
he visto a los dioses decidir lo que sucederá.
me adelanto.
voy al frente de batalla.
quise demasiado tiempo lo inalcanzable
hasta que quedó atrás en las sombras.
ya llegó la hora de cumplir,
ya llegó la hora de atravesar el bosque
en un caballo incendiado.
[coro]
la ausencia
ha dejado
su marca.
los jacintos
tiemblan
esta noche.
el ángel
de la ternura
ha muerto.
perdón, padre:
no pudimos
salvarlos.
perdón, padre:
por el resto del deseo
que todavía sobrevive.
En reestructuración.