La ida eterna

¿Qué hacer cuando las palabras no alcanzan

pero palabras son todo lo que podés dar?

Cuando mi corazón se agita por la desesperación

de que te me escapes de las manos como el agua

frente a tu corazón calmo, pasivo

que ya me enterró bajo tierra.

Me das tu espalda por última vez

y la veré irse para siempre,

pizarra de mis constelaciones

lunares marrones

testigos de ojos soñadores

la veré irse para siempre.

Me das tu espalda por última vez

y no ves la hiedra venenosa

que va surgiendo de la sepultura

No quiero tener que sufrir para escribir algo lindo

ni escuchar epitafios de tu boca que sabía sonreírme

mientras yo te sigo pensando en versos de amor

y en estas palabras,  todo lo que te puedo dar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio