¿Está mal alegrarme de que hayas dejado la carrera?
Aunque tus ojos se alumbraran ante un libro de historia,
y tu cabeza diera vueltas y vueltas sobre un tema,
tu boca recitara las más hermosas mitologías
y tu biblioteca fuera solo cosas pasadas y analogías
No sé si está mal o bien,
pero hoy anunciaron la vuelta a la presencialidad
y todo lo que pude pensar fue menos mal;
menos mal que voy a entrar a un aula y vos no vas a estar ahí,
menos mal que el tiempo nos alejó
que quedaste más atrasado, o que no quedaste en absoluto;
menos mal que no tengo que cruzarte por los pasillos,
los mismos en los que un día nos prometimos la vida
y los mismos bancos, con un mate del CeHum de por medio
que me vieron enamorarme de vos
y también me vieron rota todo Febrero,
mientras preparaba un final de Prehistoria e intentaba asumir
que tenía a alguien a mi lado, pero no eras vos
que nunca volverías a ser vos
Menos mal que ya no estás, ni conmigo ni acá,
porque si te viera de nuevo no sé como sería
ni lo quiero averiguar
Hoy en día prefiero mi tranquilidad,
a la que antes le solía ganar la curiosidad,
esa misma que mata al gato y que me agarra cada vez que paso por la radio,
que voy a Don Quijote,
que me tomo un café en Martínez o que voy a comprar al mercado
Espero nunca más cruzarte,
porque aunque fuera sin querer, significaría volver atrás
Mi mente tardó mucho en concebir un mundo donde vos no estás,
y no sé si podría hacerlo de nuevo
Te quiero,
y me quiero a mí,
aunque en el fondo siempre nos quiera juntos
en ese avión a Italia que cancelamos
y que nunca nos verá partir
Cuando no puedo decirlo, escribo.