Pienso
en esta enorme ciudad,
y todo es viento
y conflicto.
Los autos,
hacen más ruido,
en mí cabeza
que lo que hacen
en plena avenida
a las cinco de la tarde,
cuando todos apurados,
e impacientes,
tocan bocina,
queriendo volver,
a sus casas.
¿Vos querés volver a casa?
Salgo con una manga corta,
un buzo y campera,
porque se
que el viento,
nos despeina la vida,
y sin embargo,
quiero intentar controlarlo.
¿Podrá alguien controlar el viento?
Ciudad blanca,
que vive del recuerdo,
del ruido,
pero también del silencio,
de un «por si acaso»,
dejando siempre la valentía,
del otro lado de la calle,
mirándola siempre con miedo,
pensando,
que está muy lejos,
cuando la tenemos,
en frente nuestro.
¿En frente nuestro?