Esquinas,
que cuentan historias,
atesoran secretos,
del mundo,
enfermo,
de una ciudad de día,
solitario,
de una ciudad de noche.
Esquinas,
son espera
y desespera,
porque siempre esperamos del otro
lo que nosotros daríamos
y no somos el otro.
Y las esquinas
se vuelven así
desesperanza.
Esquinas,
que también son encuentro
o desencuentro,
de quien no querías ver,
o de quien hace mucho,
ansiabas abrazar.
A veces
nos hacemos los tontos
y creemos olvidarnos del otro,
y nos terminamos olvidando
hasta de nosotros mismos.
¿Podrá una esquina,
ayudarme a encontrar,
aquella parte de mi,
que a veces creo olvidar?
Las esquinas son peligrosas,
me contaron que algunas
te devuelven la vida,
con la misma facilidad
con la que te la quitan.