Huele feo,
desde que lo conocí
huele mal,
no es solo un decir
“bien o mal”…
No sé de dónde viene
pero es decididamente malicioso,
como si lo que jamás esperó
llegó
o como si lo que esperó
no llegó
da igual
a término de los resultados.
Su cabeza es como un ábaco
te diría calculadora pero
es darle demasiado crédito,
porque existe un margen de error
aunque jamás lo reconozca;
ruego a Dios,
porque yo sí le creo,
jamás romperme el cerebro
de ese modo.
Ya sé lo que piensan
¡qué cruel!
¡¿qué se cree?!
para destratar así
pero cuando ya no funciona
o se atrofia
¿sigue siendo lo que fue?
No lo usa,
cree que no le sirve
¿entonces?
Desde el primer día lo vibré,
el palpito de alguien
que sufrió demasiado
un abandono tal vez
o una espera;
el punto es que todes esperamos
o abandonamos/nados
y sin embargo
no vamos por ahí
tirando mierda en gotitas
(gotitas para que no se note).
Un sueño roto
genera la suficiente mierda
pero de todas formas
no se explica la culpa
y el nudo ciego que te ataste
como si quisieras
cortarte un brazo,
una pierna,
como si fuera la única manera
de sanar la gangrena
y no.
No estás enfermo,
sos la enfermedad
y aunque te saques los ojos
vas a seguir llorando
por el sueño que rompiste,
porque fuiste vos
y aunque te limes
la punta de los dedos
vas a seguir
manchando con mierda
y aunque no te toques la cara
no importa
porque no sabes cómo
cambiar la expresión
que te diste
la que creíste que jamás
ibas a querer cambiar.
Es una pena porque
de vos aprendí
…
aprendí a ver las letras en las cosas
y ahora te veo
mutilado en la potencia
que guardabas,
anhelaste tanto salir
que te fuiste.
Y aun así
hay una reacción
hay vida todavía;
lo único que pido
es que no quemes…
que no quemes más
que dejes que te observen
que te dejes.
La omisión es una forma
del mentir
aunque te repitas que no,
dejate.