Mi verbo es luchar: un poema del exilio palestino

Mujer palestina

Autor: Yasser Jamil Fayad*

No hubo un sólo día
En que tú
No estuvieses presente.


Un sólo día
En que no levantases
En tus hombros
Montañas, piedras y fusiles.


No hubo un sólo día
En que la causa
En ti se debilitase


No hubo…
Miedo de armas
De tanques,
De los perros uniformados,
Ni de toda la oscuridad,
Que ellos causaron.


Compartiste
Cada momento
De nuestra historia…


En el Nakba,
como todos nosotros,
Lloraste la inmensa tristeza
De los desterrados de la Tierra.
Cargaste,
Por los caminos,
Con tus pies descalzos,
Nuestras memorias,
Y maletas.


Te alimentaste
Del gusto áspero
De la derrota
Para gestar en tu vientre
Una generación que
No bajaría
La cabeza.


Fuiste tú
Quien la educó así.


Un hijo en los brazos,
Otro en tu vientre,
Aun así, tomaste un arma para la guerrilla.
Hiciste marchas,
Manifestaciones,
Escribiste poemas,
Tesis y panfletos para las batallas,
Incendiaste centena de veces los corazones.


Alertaste
Los peligros de negociar
Con tan vil y bellaco
Enemigo.


Cuando la muerte hizo fiesta
Pensando que era nuestro fin,
Tú también saliste
A las calles con piedras en las manos.
Otra vez,
Te reinventaste.


No hubo un sólo día
En que
No alimentaras nuestras almas
Con sueños generosos de libertad
Y nos enseñaras
Que sólo la lucha los hará realidad.


Tu lindo cuerpo
Carga
Arrugas – es verdad -,
Profundas cicatrices,
Úteros en gestación,
Heridas abiertas,
Juventud,
Rebeldía,
Infancia,
Resistencia.
Cada pedazo de él
Es nuestra historia.

No hubo un sólo día
En que
No sintiésemos tu firme presencia.

Un sólo día
En que
No necesitásemos intensamente
De ti – mujer palestina.

*Yasser Jamil Fayad es un poeta y médico palestino.

*Imagen: Una mujer palestina mientras ondea una bandera de su país, lanza piedras contra fuerzas israelíes en Cisjordania, 20 de diciembre de 2017.

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