Mitad

No se convence

de que haya otra luz.

No puede sentir

en la punta de sus dedos

el entusiasmo de saberse

en el juego.

Se relaja

bajo una lenta presión.

No hay ojos que vean

Nada existe

sin embargo

es verdad

qué se muere de frío

de tantas lágrimas

es verdad que está sola

es verdad que no se convence.

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