No, 

No es más que su fragilidad lo que su dura carcaza me hace mirar.

No, 

No es risa lo que su carcajada desprende, es dolor gritando entre sus dientes.

No,

Su boca no lo pide, pero su alma lo grita e inevitablemente nadie puede acallar la voz de aquella.

No,

No intente más esconderse, que lo estoy mirando desde frente.