A veces, en la noche
suelo pensar que el mundo se olvidó de mí
que la vida me dejó atrás
y que soy la última persona en una fila interminable
cuyo propósito es aguantar hasta alcanzar la felicidad.
El abandono es persistente
los árboles ya no me saludan
mi cuerpo, cada día más dañado
no deja de sangrar
empapándome de dolor
dejándome débil e indefensa
en mis piernas siento puñales
y las heridas son cada vez más grandes
aún más grandes que la enorme herida que se encuentra en mi corazón.
El abandono no cesa
y la luna ya no me observa
las estrellas ya no me escuchan
sólo soy yo
aún en la fila
aferrándome a lo poco que queda de mi alma
tan torturada
tan triste
tan sola.