Pasa el tiempo, en silencio,

el reloj apenas marca

con constante bisbiseo

los segundos y las horas

que después se escondieron

sordos e insignificantes

en la máscara de eventos.

Yo por mi parte ignoro

ya no percibo, no siento,

que estoy viviendo una vida,

la vida me está viviendo.

Acostado todo el día

se esfuma cada momento,

se van mis fuerzas y ganas

de continuar existiendo.

Voy a seguir acostado

hasta morir frágil, viejo,

hasta quedar sin aliento,

hasta quebrarme los huesos,

y sucumbir en secreto.