Es que está ardiendo el mundo

y arderá hasta que acabe

porque hemos perdido el rumbo,

en el medio de la calle

Son el vidrio en la tráquea

y ese dolor granulado

en el estómago náuseas

y el puntazo en los costados

síntomas de que ya viene

señal de que están llegando

la muerte, el fin, el cierre

de la vida. Y los astros

nos anuncian el destino

inevitable y trágico:

Solo seremos vestigios

cuando nos carcoma el ácido

No en la piel, ni en la sangre

ni en los nervios, ni en la carne

la esencia está en los huesos,

que resisten inmutables,

cuando nos sofoca el cieno