¿Y si nunca hice más que un borrador? Peor: ¿y si siempre llamé poesía titular a un borrador?

¿O podría decir que mejor? Después de todo, titular suena a estable, fijo y acabado. La poesía, por más titularizado que esté el estilo de una, no tiene nada de acabada.

Un poema nunca termina. Se asoma de escalón en escalón. Muestra bordes que no son finales. Muestra bordes que habitan el medio.