Muero en la punta de estos dedos

que aprietan tecla tras tecla

para robarle algunas palabras

al diccionario que no está escrito

y torcerles los sentidos comunes

y torcerles los sonidos comunes

hasta que den buena fosa

al cuerpo que no pesa y doy

hasta que haya buena fosa

entre los versos que despojan

a mi cuerpo de mi cuerpo

a mi cuerpo de mi poema

Mato a un hombre hoy

no, mato a una hembra

el poema es el arma

y también la víctima