Irrumpen

aglutinados

fortuitos

noctámbulos 

me saltan a la yugular

cada vez que enciendo la luz

y les saco el polvo

Con su regia caballería 

avanzan nítidos entre la niebla 

se instalan en mi almohada

ignoran mi grito de auxilio 

y me charlan

Sospechosos

tergiversados

rotos

una vez más 

traman robar mi lucidez 

Extraviada en los porqué 

siento la picadura

y en el crudo fulgor del sol

veo sangrar viejas heridas

Desahuciada 

me doy cuenta

que una vez más

no tuvieron piedad.