En un rincón del vasto cielo,  

donde las estrellas titilan con pena,  

vago sin rumbo, sin norte ni guía,  

buscando un hogar en esta vasta escena.

Los vientos susurran secretos antiguos,  

ecos de almas que perdieron su luz,  

y yo, en silencio, contemplo el abismo,  

con la esperanza rota, el alma en cruz.

El sol se oculta tras nubes de dudas,  

la luna refleja mi anhelo y mi afán,  

en cada sombra, en cada ocaso,  

mi corazón grita por hallar su clan.

Ríos de tristeza recorren mis venas,  

mares de lágrimas bañan mi ser,  

y en cada ola, en cada corriente,  

navego sin rumbo, sin poderme entender.

El horizonte parece inalcanzable,  

un espejismo de promesas y paz,  

y yo, perdido, me abrazo a la nada,  

con la melancolía de un sueño fugaz.

Quizás un día, en algún rincón escondido,  

donde las almas errantes encuentran su par,  

hallaré mi lugar, mi refugio olvidado,  

y el vacío en mi pecho dejará de pesar.