Algún día contaré todo lo que pienso, y pensarás que es exageración pero en realidad es lo que siento, un infierno en vida que no para de demostrarme que este planeta llamado Tierra cada día más me desmotiva, cada momento es perecedero, igual que los malos aunque parezcan eternos, pero son momentos pésimos donde ocurrencias tengo cero, donde palabras no tengo, y donde abrazos deseo, desearía ir por la calle y que un fantasma me lleve al cielo, para volar y no quedarme en este calabozo, que me lleve a mi entierro, que pasó hace tanto que hasta me olvidé dónde está mi cuerpo.
Experiencias de vida tengo pocas, no tuve primeras veces en algunas cosas, sí tuve en otras, como tropezar con la misma rama, o caer en la misma trampa, de vuelta quiero nombrar el infierno en el que vivo, donde azul es el cielo y verde el pasto que piso descalzo, donde las hojas de los árboles son llevados por el viento en otoño, y que en primavera renacen como no lo hacen mis ganas de otro año, los pétalos de la flor que voy desarmando, son los años de vida que voy contando, son pocos, limitados, pero cada uno tuvo un recuerdo pasado en el cual me habrán lastimado.
Si la muerte tuviese años limitados, aceptaría estar muerto por mil años más de lo debido, con tal de pasar horas a tu lado.
Este infierno en el que vivo, se asemeja al que vos llamas estar vivo, salvo que mis pensamientos me dejan en el inframundo, y si te los cuento te dejan mudo…